Cuando hablamos
de cambiar, solemos visualizar una imagen de lo que queremos, un futuro posible
y que se ajuste a nuestras expectativas, anhelos, necesidades, valores e
ideales.
Esta visión
puede o no acomodarse con la realidad. Si la opción que queremos se ajusta con nuestra
realidad hablamos de una transición, si no, hablamos de ruptura. Otra posibilidad
es que otro sistema absorba mi sistema y asuma los nuevos valores y estructuras.
Para entenderlo, podemos imaginar un matrimonio que se quiere divorciar. Si no tienen hijos, se pueden divorciar a través de una ruptura, ya que no tienen intereses comunes a largo plazo. Si tienen hijos en común, han de establecer una transición y si uno de ellos se casa con otra pareja que ya tiene ya hijos de un matrimonio anterior, es una absorción. Así de simple.Vamos a mirar estas tres opciones.
Para entenderlo, podemos imaginar un matrimonio que se quiere divorciar. Si no tienen hijos, se pueden divorciar a través de una ruptura, ya que no tienen intereses comunes a largo plazo. Si tienen hijos en común, han de establecer una transición y si uno de ellos se casa con otra pareja que ya tiene ya hijos de un matrimonio anterior, es una absorción. Así de simple.Vamos a mirar estas tres opciones.
Ideas previas en una transición:
- Los que han venido antes han de ser respetados. Cuando entras en un sistema, es bueno mirar con respeto los que han estado antes.
- El nuevo sistema que surja gana en fuerza si respeta el sistema antiguo, en estas circunstancias pasará a existir un futuro posible.
- El futuro emergente ha de estar contenido en el mismo presente. Así no todos los futuros son posibles, solo aquellos que están incluidos en el propio sistema.
- En España tuvimos una Transición de la dictadura a la democracia, con una estructura heredada en muchas de sus leyes, instituciones políticas, judiciales, económicas, laborales... Toda una Cultura que es parte del pasado y del presente.
Cuando una
organización compra otra ocurre esto que he mencionado, un sistema se impone al
otro, las personas de un sistema pasan a dominar el otro y no suele haber mucha
sobrevivencia del sistema antiguo.
Nos
encontramos con mucha necesidad de cambio: un sistema educativo desastroso,
la política no responde a las necesidades de los ciudadanos, la contaminación global está acabando con el
planeta, una oligarquía financiera al servicio del lucro, una crisis de valores
y de espiritualidad nunca conocida hasta nuestros días, los recursos en manos de unos pocos..., la lista es larga.
La cuestión
es: ¿qué queremos, transición, ruptura o absorción. Absorbidos, ya estamos, en la era de la globalización, el sistema que
gestiona el mundo está fuera del alcance de sus ciudadanos. Hay quien
opina que si no hacemos nada, el sistema se acabará derrumbando y que
esto con el tiempo generará un nuevo sistema.
Ante todo
esto solo caben dos enfoques, a no ser que unos extraterrestres vengan a absorbernos, o cambio y transición o destrucción. Los cambios
son complicados, ya que son lentos y requieren de mucho esfuerzo. La
destrucción genera caos y hay que esperar a que el nuevo sistema emerja.
En todo caso, no depende de nosotros, estamos absorbidos y la realidad virtual parece que es la que tiene el control.
Antonio Diaz Deus
Antonio Diaz Deus
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