Para aquél, orgulloso de lo suyo, orgulloso de
ser catalán, español, orgulloso de que su equipo de fútbol gane
la Liga, orgulloso de ser guapo, inteligente, inglés, orgulloso de esas
zarandajas que la gente usa para sentirse más grande de lo que es, para no
mirar su miseria o su grandeza, tengo un mensaje.
Al parecer, la palabra orgullo proviene del catalán, orgull, éste del francés, urgôli, y éste del alemán, urguol (notable) y tiene que ver con un concepto exagerado
de sí mismo, pudiéndolo
llevar a la soberbia, un sentimiento de valoración de uno mismo por encima de
los demás.
No tiene
mucho sentido sentirse orgulloso de haber nacido en Barcelona, ó en París ó en
Cadaqués: no es algo que dependa de nosotros. Puedo sentirme orgulloso de haber nacido en Bilbao, aunque mejor sentirse agradecido por haber
nacido ahí y no en Tombuctú.
La palabra
gracias, proviene del latín gratia, (honra
o alabanza que sin más se tributa al otro), y a través del griego tiene que ver
con términos como gracia, atractivo, encanto, hermosura, garbo, caridad y
caricia.
Así pues,
si heredas lo que tus padres atesoraron, no
se trata tanto de inflarte como un pavo con la posesión de esos bienes, sino de estar agradecido a tus ancestros por el regalo.
Si tienes la suerte de haber nacido guapa, inteligente, especial, puedes estar agradecida a tus padres y a tus genes, pero
orgullosa de lo que se te ha dado, lo que se dice orgullosa, es más factible que lo estés por actos propios, y con
matices.
Puedo
escribir un libro y sentirme orgulloso, aunque también agradecido a la vida que
me ha permitido escribirlo y a las experiencias que he tenido.
Puedo
tener hijos y sentirme orgulloso de ellos, y también agradecido hacia ellos por
sus logros y éxitos.
Puedo estar
orgulloso por levantar una empresa, y ganar dinero, y también agradecido a las personas que lo han hecho posible.
Hay quien va mostrando su Rólex,
su Porsche y su ropa de marca, de forma orgullosa, como poniéndose un poco por encima del resto, cuando lo suyo sería estar agradecido por pertenecer a una élite que se puede permitir esa ostentación.
Cuando las personas construyen un concepto exagerado
de sí mismos, en base a su lugar de nacimiento, a su raza o a los regalos que
han recibido de sus padres, o de la vida, sólo están mostrando lo miserables
que se sienten internamente, y lo difícil que es para ellos alcanzar la felicidad.
Así pues,
la parábola de Jesucristo “Y otra vez os digo que es más fácil
que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el
reino de Dios.…”, muestra
aquí esta realidad – que la Iglesia Católica, parece que no ha sido capaz de
asimilar, aunque muchos de sus místicos lo tenían muy claro.
Y bueno, entiendo que mucha gente necesite de una dosis extra de orgullo para inflarse y mostrarse a la sociedad tal cuál son, especialmente colectivos que se sienten discriminados en razón de su sexo o preferencia sexual, pero el sentimiento, de nuevo, que debe estar debajo, es de
agradecimiento.
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