Estuve viviendo 8 años en el sexenio de Miguel de la Madrid. Terminé mi
carrera de Ingeniería en España y vine acá a México. Trabajé en el área de
Comercio Exterior, asesorando a inversionistas Españoles en México. Disfruté
mucho México, para mí fue un aprendizaje, tenía 22 años, fue como mi segundo
Papá, aquí maduré. Tuve una enfermedad que se me complicó y al final
la pase mal y lo viví como una señal para dedicarme al mundo de las personas: viví
un proceso fuerte de reestructuración personal, regresé a España y cambié
de profesión, a la de Coaching. De joven me gustaban los libros de psicología,
especialmente de psicología transpersonal,
Retomé mi vocación: empecé a entrar en el mundo de la terapia. Conocí a
Claudia Naranjo que para mí fue un referente, conocí el mundo de la PNL, y
entré en un proceso largo de terapia y a trabajar en el
mundo de la empresa, ya como facilitador y como coach. En el año 94, recuerdo
dos proyectos importantes para mí, un 360° en American Express y un proyecto con
General Motors: un proceso largo de implantación de estándares,
fueron proyectos interesantes. En esa época el mundo de la psicología y el mundo
de la empresa estaban muy disociados, estaban el mundo de la psicología clínica
y el mundo de la psicología industrial.
¿A qué te refieres por disociados?
¿A qué te refieres por disociados?
Sí, el mundo de la empresa pertenecía al mundo de la psicología industrial
pero estaba mal visto el tema del desarrollo, el tema del crecimiento era como
algo tabú. Esa fue mi vocación y así estuve trabajando en empresas 20 años como
coach, formador, facilitador de procesos de trasformación. Me iba
formando en el mundo personal, sobre mí mismo, y haciendo el trasiego al mundo
de la empresa, aplicando un enfoque en soluciones, hasta que llegó el año 2008,
que fue un poco el comienzo de la crisis en España, me di cuenta que había un
cambio de ritmo, ahí tome conciencia de que en la empresa había límites para el
mundo del desarrollo.
¿A qué te refieres con lo de límites en el desarrollo en el mundo de la
empresa?
Si, digamos que por ejemplo si haces un curso de liderazgo para 14-15
personas puede haber 2 - 4 involucrados con ganas de crecer y desarrollarse,
pero hay un 60, 70% que a lo que van es a lo suyo, a lo justo que
les piden y no se involucran más allá, es más o menos un porcentaje un 20 un
30% de la gente puede estar involucrado y el resto no. Entonces sentí que en
los cursos de las empresas la gente va obligada, notaba que había un freno,
entonces decidí entrar a hacer cursos en abierto, ese fue el comienzo en el año
2008 que fue cuando publiqué mi libro “El coach como chaman” y a partir de ahí
empecé a hacer programas, teniendo el libro como libro de
texto, y de nuevo siguiendo el trazo del mundo de la psicología al mundo de la
empresa, no como psicólogo, sino como alguien con estudios de de ingeniería, para poder presentar
modelos psicológicos para la gente de las organizaciones, no desde un lenguaje academicista.
Así fue como entré en el mundo de la terapia enfocada en soluciones, las
Constelaciones de Hellinger, Claudia Naranjo, la PNL, así he ido incorporando
lo que son los nuevos avances del mundo de la psicología, al mundo del
coaching.
¿Este enfoque de ingeniería te permite verlo de
manera estructurada, ordenada?
Claro, porque en el mundo de la empresa cuando presentas modelos de
psicología, de desarrollo, el empresario y la gente de empresa lo ve como
demasiado en “el aire” sin contacto con la tierra. Lo suele mirar con
desconfianza diciendo: bueno esto está muy bien pero esto para qué me sirve a
mí, ¿Cuál es la utilidad de esto? Así con este enfoque he tratado como de
estructurarlo y presentarlo siempre orientado al coaching que es acción, acción
y mejora y desarrollar el potencial de las personas.
¿Está completo el modelo?
Claro y sobretodo hay una parte muy importante que es como decía Carl
Roger: las técnicas y las herramientas las tienes que hacer tuyas,
primero tienes que desarrollarte tú para poder ayudar o acompañar el desarrollo
de otros. Definitivamente fue el gran cambio.
Rogers fue el primero que tuvo el coraje de nominar al paciente como
cliente, eso fue un gran cambio, con lo cual la terapia centrada en
el cliente para mí es la antesala del coaching, donde el coach tiene sus
propios recursos para salir para delante.
¿Tú sumas una parte de tu formación de
ingeniería por así decirlo?
Sí. La estructura, la parte “hardware”.
La psicología a veces tiene huecos de estructura, cómo que necesita un traductor para que lo pueda entender la empresa.
Claro porque siempre una empresa va a tener la parte “hard”, y la parte
“soft”. Siempre me he enfocado en la parte “soft”, la parte “hard” para mí es más consultoría, más
enfocado en procesos, y la parte “soft” tiene más que ver con el desarrolo de
las personas. Este desarrollo de las personas se puede
hacer desde un punto de vista estructurado. Los clientes lo agradecen porque
ya cuando ves que su camino de desarrollo tiene un camino claro, un proceso, la
gente se lanza más, la zona de confort ya no es tan apretada.
¿Cómo llegas al concepto Coach como chaman?
Los Chamanes son una figura pre-patriarcal que viene de finales del
Neolítico. De la zona de Mongolia viene el rol del Chaman, eran
figuras que estaban en las tribus. Esa era una época matristica, como diría
Maturana.
No eran sociedades en los que mandaran las mujeres de la misma forma que en
el patriarcado mandan los hombres ya que la mujer no tiene el planteamiento ese
de jerarquía en su naturaleza. Eran sociedades más bien tribales y horizontales
y el chamán era un personaje que estaba al servicio de la tribu, al
servicio de los recursos, al servicio de la casa, al servicio de que la tribu
sobreviviera. Entonces, en esa medida, el coach como el chamán en las
organizaciones modernas no está tanto al servicio de la jerarquía patriarcal
sino que esta al servicio del grupo, al servicio de la horizontalidad, de los
recursos, de la sobrevivencia a medio y largo plazo y no solamente
la jerarquía. Para mí el consultor quizá esta más al servicio de la jerarquía,
pero no el coach; entonces para mí, el coach cuando
trabaja en una organización, tiene que tener ese perfil un perfil más
matríztico, como diría Maturana.
¿Tú has convivido con los chamanes?
Sí claro, yo incorporo en mi programa algunas cosas, de nuevo con estructura, hay cosas que se recuperan, en México hay muchos
conocimientos que de nuevo se van recuperando, que se van incorporando en el
mundo de la empresa. Lo que pasa es que hay que darle una revisión y estructurarlo y sobre todo ponerlo al servicio de algo concreto, siempre
pensando en la acción.
Pensando en la acción...
Tú puedes tener un proceso Chamánico, el chamán te puede guiar, lo
importantes es luego ¿Qué significa eso para ti?, en tu vida ¿Qué vas a hacer
con eso? A veces la gente acaba muy volada, la cuestión es ¿Cómo lo vas a
concretar? ¿Qué vas a hacer? A menudo los alumnos vienen con experiencias
profundas que han tenido en otras disciplinas y dicen por ejemplo, “he
conectado con Dios” y digo muy bien, está muy bien, ahora ¿Qué vas a hacer
mañana con tu familia, con tus hijos, con tu trabajo, con esa visión de Dios
que has tenido? Entonces en este caso, la visión de Dios me parece correcta y
también concretarlo en algo real.
¿Cuáles serían las distinciones entre el chamán y
el coaching, desde tu punto de vista, en este servir al otro?
Bueno hay varios niveles de existencia según el chamanismo, podemos hablar
de varios niveles incluso en el mundo onírico; en el mundo de los sueños hay
muchos chamanes que dicen que es el mundo real y que el mundo irreal es el
nuestro. Cuando hablamos del coaching hablamos de que estamos en este mundo
real y esos otros mundos, que para los chamanes pueden ser muy reales, para
nosotros son fuente de inspiración. El coach vive en este mundo actual, en el
mundo de la empresa, en este mundo con sus beneficios y no beneficios. En esas
fuentes de inspiración puedes entrar en contacto con otras realidades, para
poder venir a esta realidad con más fuerza, con más conciencia básicamente.
Estamos en el mundo real con los pies en la tierra y hemos de velar por la
rentabilidad de las empresas; yo entiendo el coach como chaman
como aquel coach que está básicamente al servicio de “tres patas” en el mundo
de la empresa, es un modelo que no es mío, es un modelo de Gurdjíeff
del Cuarto Camino, y de
Claudia Naranjo. La primera pata es el aspecto de la
rentabilidad de las empresas, que es lógico, es una rentabilidad
que está al servicio de los accionistas. La segunda pata es la pata de
las personas, en una empresa un empresario pueden tener 100, 200 personas
trabajando en una empresa y son 200 familias que se mantienen gracias a esa
empresa y eso es un servicio muy importante es la pata de la felicidad
de las personas que trabajan en la empresa y claramente la
tercera pata es el mundo real, es decir, tienen que ofrecer un producto, un
servicio, que ese producto o servicio este en la sociedad se ponga al servicio
de la sociedad entonces tenemos tres patas: un producto, un
servicio, al servicio de la sociedad, personas felices trabajando en
empresas exitosas proporcionando productos y servicios de valor a la sociedad y
esas tres patas configuran lo que se llama “El alma de la organización”, cuando
alguna de esas tres patas falta, el alma de la organización está tocada
entonces eso también es ver la organización como un todo, es el planteamiento
sistémico, que también es un planteamiento de chaman entonces hay muchos coach
que solo se enfocan la parte de la rentabilidad, hay otros que solo se enfocan
demasiado en las personas.
Demasiado y eso tampoco funciona y hay otros que son muy de marketing y se
enfocan demasiado en el marketing. Podemos mirar empresas que se enfocan mucho
en una cosa, mucho en otra; para mí el coach debe trabajar en niveles altos de
integración. Por eso hablo de coach como chaman también porque el chamán, como
decía, está al servicio de la sociedad, de esa tribu horizontal; entonces vela
porque esas tres patas funcionen de manera adecuada para que una cuarta pata,
que es el alma de la organización, que tiene que ver con la cultura,
la organización, con los valores, pueda preservarse a largo plazo.
El chamán cuida toda esta familia.
Claro, en ese sentido es así, yo he estado con chamanes en México y todos
velan pues incluso han visto a Presidentes y dicen pues cómo podemos hacer para
que el mundo, para que México sea más sostenible, para que haya crecimiento,
creo que ese crecimiento puede ayudar a las personas a que sean más felices y
que al final los productos o servicios que se ofrecen a la sociedad tengan
valor para ellos, que no sean tonterías.
En una intervención con una empresa ¿Invitas a
chamanes?
No, a veces he invitado a algún monje tibetano para cosas de meditación,
pero los chamanes yo creo que viven en otro nivel de conciencia. Además, el
tema de los chamanes es muy delicado, porque hay chamanes y chamanes igual que
hay coaches y coaches.
¿Qué hace un buen chaman? ¿Porque tu libro llama la atención hacia el chamán?
El libro es una simple metáfora, no es un libro de chamanismo, en absoluto.
Yo respeto mucho ese mundo al que he tocado tangencialmente, no he entrado en
él. Mi mundo es otro, respeto profundamente ese mundo y entiendo que es una
fuente. Yo no estoy ahí.
Es una metáfora.
Exactamente, para mi es una metáfora y mis amigos de México me decían
“bueno si Julio Iglesias y Rafael son capaces de cantar rancheras, porque tú no
puedes escribir un libro sobre chamanismo” pero no es un libro de chamanismo,
es una pura metáfora.
Vine al programa que hago aquí de Coaching Integrativo y
Sistémico. Llevo viniendo a México cerca de cuatro años, vine una vez para
presentar mi libro y hoy estamos haciendo el tercer programa de formación en
coaching que llamo “Integrativo y Sistémico”.
En este programa, el mundo sistémico se conecta con el mundo del Coaching
Integrativo haciéndolo técnicamente espectacular. Cuando hago un
proceso de coaching lo primero que me fijo es en la persona, si esa persona
tiene las habilidades necesarias para realizar su trabajo, tiene las
competencias necesarias o necesita capacitación. Lo primero que
checo es si esa persona en su puesto de trabajo es capaz de desempeñarlo con
habilidades, lo siguiente que checo es los conflictos de esa persona o con sus
colaboradores o con sus jefes o con la gente subordinada, y lo tercero que
checo es el sistema en que esa persona vive, entonces es así mi
proceso. Primero la persona, después las relaciones, tercero la
parte sistémica. Es una forma didáctica de enseñar y aprender y
por eso he creado lo que llamo “Coaching Integrativo y Sistémico” en donde la
parte integrativa tiene que ver con la persona y su personalidad, su carácter,
sus procesos adquiridos, sus creencias. La parte sistémica tiene una
mirada en el sistema de esa persona desde el punto de vista empresarial, aunque
esta todo entrelazado, también las “configuraciones
organizacionales”
En general, la gente que hace solamente lo sistémico no hace lo
individual y los que hacen lo individual no hacen lo sistémico entonces es
importante integrarlo en la línea de la estructura, que te decía antes.
¿Y tú formas a gente en esto?
Claro, yo hago programas de formación en España y aquí en México justo en
esa línea durante más o menos ocho o nueve meses hacemos un módulo al mes, que
vengo de España para acá.
¿Vienes una vez al mes?
Así es.
¿Y siempre a este lugar?
Sí, tengo una suerte de quedarme como huésped con Sonia Barragán aquí en
Ocoyoacac, Estado de México, así es.
Bueno ahora “recién comencé” la 3ª certificación en México. Antes lo hacía
en Tlaxcala, venía gente de todos lados: Monterrey, Guadalajara, Acapulco.
Te ha tocado a ti vivir el coaching
prácticamente de su inicio, de su estructura por así decirlo ¿Qué impresión te
merece este desarrollo del coaching, esta gestión, esto que ha ocurrido?
Bueno tengo una sensación ambivalente al respecto, cuando vino la explosión
del coaching allá por el año 2000, le puse muchas esperanzas porque pensaba
que el coach se iba a convertir en un agente de cambio dentro de las
organizaciones. Entiendo que las organizaciones han de transitar a algo que no
sabemos muy bien qué es pero estamos en un mundo que está cambiando mucho
todo; nadie sabe qué va a ocurrir dentro de unos años, nadie
lo sabe. Para mí era el momento para una figura dentro de las organizaciones
que no fuera el consultor clásico que fuera otro rol, el rol de Agente de
cambio.
Entonces para mí fue una oportunidad cuando vino la explosión del coaching
y decir: “vamos a ver como formamos agentes de cambio en las organizaciones
para que puedan transitar a organizaciones, con personas felices, personas
exitosas en sociedades añadiendo valor al mercado”. Lo que ocurre es que, como
todo en el mundo de las empresas y el marketing, parece que se prostituye un
poco el termino y entonces empieza a haber muchísima oferta pero sin enfocarse
en lo que para mí es lo ideal, que es agente de cambio, y no solamente formar
personas para reforzar la utilidad o la rentabilidad de la empresa. En todos
lados hay igual chamanes serios, chamanes que no son serios, hay coaches que
son serios, coaches que no son serios.
Y preparados y no preparados.
Pues claro, entonces para mí lo más importante de un coach es
que tenga trabajo personal, que sea una persona que tenga su propio desarrollo,
que sea una persona que haya vivido la vida y que tenga un cierto nivel de
conciencia, para mí el coaching no es una profesión de ayuda, es una
profesión de acompañamiento, se me hace demasiado arrogante “el ayudar”; un
terapeuta ayuda a un paciente, un papá ayuda a su hijo, pero un coach lo que
hace es acompañar a otros en su camino. Para acompañar a otros en su camino
como mínimo tienes que haber recorrido algo de camino. Un coach es una persona
que ha que tener un cierto desarrollo, un cierto nivel de conciencia, un cierto
nivel de experiencia, tiene que haber conocido el dolor.
Tiene que haber conocido el dolor...
Según mi experiencia las personas que no han
sufrido mucho en la vida es difícil que sean capaces de acompañar a otros en
sus procesos de cambio.
¿Cómo
distingue a alguien que ha sufrido o alguien que no ha sufrido?
A ver, por ejemplo, yo tuve la suerte de sufrir un proceso de transición y
en ese proceso de transición de alguna forma baje a los infiernos y bueno
cuando has bajado a los infiernos y luego has salido eres capaz de acompañar a
otros en ese tránsito. Eso pasa mucho cuando los ejecutivos cambian de un
trabajo a otro, hay un momento ahí de incertidumbre que te enfrentas un poco a
la parte oscura de la vida.
Sí, a la parte de que te sientes con tus emociones que te absorben y que no
sabes cómo salir de ahí, en fin, eso se ve en el mundo chamánico mexicano, hay
la energía oscura, la energía blanca, la energía roja, la energía verde, y en
esa medida, la energía oscura está ahí, hay que transitar por ahí. Para mí el
coach clásico seria el que se apoya solamente en el lenguaje que muchas veces
no saben qué hacer con ese lado oscuro. En todo caso volviendo al tema el coach
necesita un cierto desarrollo, que haya vivido un poco, que haya sufrido un
poco.
Hay formaciones de coach que le suben el ego a sus alumnos y los ponen más
arrogantes y orgullosos, pero para trabajar como coach hay que ponerse
chiquito, chiquito ante la vida, ante el mundo y ante las empresas y mirar las
cosas con respeto y para eso necesitas haber sufrido.
¿Necesitas haber sufrido...?
Por lo menos haber conocido el dolor, a veces viene a mi programa gente muy
preparada con muchas formaciones en coaching y su único problema es su nivel de
arrogancia, tienen el vaso demasiado lleno y cuando tienen el vaso
demasiado lleno hay poco que pueda entrar, y luego, a veces viene gente que no
tiene tanta formación mental pero que la vida les ha “zarandeado” y vienen con
el vaso bien vacío y se les llena muy rápido y esa gente tiene mucho más
potencial. Si te crees ya muy alto, te crees ya muy grande, tu capacidad
de desarrollo es pequeña y tienes poco potencial, claro, si tú, sin embargo, te
ves más chiquito, entonces tu capacidad de crecimiento es mucho alta.
Básicamente, el coaching trabaja con el potencial de las personas.
¿Qué te gustaría que pasara contigo en
coaching?
Me gustaría que la puerta que se ha abierto siga abierta, que siga, claro.
Son buenos comienzos, que la gente se siga comprometiendo. En un
mundo donde la Iglesia no tiene tanta importancia, los valores estándares ya no
movilizan, cobra mucha importancia el Coaching. Es importante, que se
conviertan los coaches de verdad en agentes de cambio en las organizaciones,
que sirvan de verdad, que sean personas que se puedan trabajar, y que eso sirva
para que la sociedad pueda transitar a otro sitio.
Tú que trabajas con coaches en España, y aquí en México ¿Encontrarías
alguna similitud o diferencia?
México en algunas cosas esta atrás de Europa en general, y en otras cosas
está más avanzada: en temas de conciencia, en temas de desarrollo ahí está más
avanzada que allá, yo veo que aquí en México las personas tienen más
involucración, más conciencia, hay más ganas de hacer cosas, yo
diría que en México la gente se involucra, hay conciencia, es un
país muy grande, muy rico y con mucho desarrollo, mucho potencial,
Europa ahora mismo está en un estanque no está tratando de reinventarse a sí
misma, y eso se nota, se nota en los alumnos entonces allí hay como un bloqueo
de valores un mundo más cerrado y aquí está todo más abierto, eso sería la
diferencia y hay que animarlos a que se abran, y aquí no, aquí ya están
abiertos.
Aquí hay que pararlos de vez en cuando porque
nos desbocamos.
Sí, por eso también me gusta trabajar acá porque para mí también
es una apertura, es también sentirme más enriquecido.
Bueno Antonio, ¿algo que quieras agregar a la comunidad de
coaching?
Bueno que yo diría que lo más importante para un coach es que se trabaje en
lo personal, que se conozca a sí mismo y, el famoso Oráculo de
Delfos hablaba de conocerte a ti mismo, como dice Claudio Naranjo, tiene dos
aspectos: uno, conócete en tus procesos, tus competencias y también conoce
quien más está ahí, conoce a tu Ser.
¡Quien más está ahí...!
¡Quien más está ahí!, porque el ser es el que trabaja en el coaching, el
ser es el que está detrás de los procesos, es el que te acompaña.
Es desde donde trabajas.
Exactamente, el otro es el que te organiza, el que te hace la venta, el que
te hace tu página web, el marketing, pero luego, el que trabaja es el de
dentro. Para ser un buen coach tienes que saber conectar con ese ser
que te tiene a ti, no le tienes tú a él, él te tiene a ti.
Muchas gracias por esta entrevista.
Muchas gracias.
Desde aquí mandamos un cordial saludo y un agradecimiento al periodista que realizó esta entrevista.
Antonio Diaz Deus
Antonio Diaz Deus
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