Los logros de la humanidad no han sido consecuencia de una
planificación meticulosa, al contrario, más bien consecuencia de accidentes,
una singularidad, una sincronicidad. Mirando
al pasado, los grandes líderes de la historia, nunca han planificado. Jesucristo
no planificaba, Buda, Zoroastro, Mahoma, Mozart o Beethoven tampoco. La Revolución Francesa o la caída del
Muro tampoco fueron planificadas.
La previsión de lo que va a acontecer tiene que ver con el control de los recursos, las personas y los escenarios. También tiene que ver con vivir en el mundo de la mente, planificando. Es posible planificar cifras de compras, de ventas, de ingresos, gastos... Es útil definir modelos dentro del Kaos para moverse con una cierta estabilidad, pero no al precio de creer que podemos anticipar la realidad. La realidad no se puede planificar.
Vivimos en nuestras mentes, soñamos que existimos cuando
muchas veces no lo hacemos. Así, también, muchos líderes viven en sus mentes,
alejados de la realidad, sin tener claro a quién o a qué sirven, burócratas sin
alma en un sistema que recuerda al "Castillo", de Kafka..
La realidad no puede vivir en la mente, en la mente solo
vive nuestra idea de la realidad (la mente ordinaria). La mayoría de nosotros vivimos con lo que
nuestra mente nos dice: eres feliz, por esto, por esto y por esto, o no lo
suficiente, alguien más feliz que yo? - y ese run run incesante. Mientras tanto, aquí y ahora, en la realidad de las cosas, la vida va
pasando.
La humanidad se enfrenta a su mayor reto desde su nacimiento, y aquí
estamos abocados a un perder/perder global donde la Tierra, nuestra madre,
acaba carbonizada. El mito de la Torre
de Babel se hace realidad, la humanidad ofende a los dioses por su arrogancia y
acaba enfrentada por la lucha de los recursos,
Y aún así, los burócratas siguen planificando...
Hacemos programas de desarrollo
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