Se habla mucho de felicidad y poco de coherencia.
Tenemos más o menos claro qué es la felicidad pero ¿sabemos qué es la coherencia?
La coherencia es femenina, y según el
diccionario es "la relación lógica entre dos cosas o entre las partes o elementos de algo de
modo que no se produce contradicción ni oposición entre ellas".
Quiero mostrar cómo la coherencia está relacionada con la felicidad y cómo estamos muy alejados de ser felices precisamente por esta aparente falta de coherencia.
En el
Neolítico, las sociedades tribales eran coherentes, vivían de la tierra y eran cazadores
recolectores. Estas sociedades cambiaron con la lucha por los recursos y evolucionaron
con la conquista de unos pueblos sobre otros.
Aquí la coherencia se entiende como la explotación
y la jerarquía de unas personas sobre otras para garantizarse el dominio en las
sociedades y naciones emergentes.
Así pasamos
por los grandes imperios, Egipto, Babilonia, Grecia, Roma..., y más tarde las ciudades
feudales que dan paso al renacimiento y de ahí al nacimiento de los Imperios.
Todas estas sociedades tenían un punto en común: una estructura piramidal de la sociedad donde los de arriba - que tienen el control de los recursos y la riqueza - viven a expensas de los de abajo.
Todas estas sociedades tenían un punto en común: una estructura piramidal de la sociedad donde los de arriba - que tienen el control de los recursos y la riqueza - viven a expensas de los de abajo.
Es claro que,
por poner un ejemplo, cuando los Reyes Católicos emprenden la conquista de América, lo hacen siguiendo el estilo de la época: con la bandera de la religión buscan el control de los recursos de otros pueblos..
Así la
coherencia estaba en el dominio sobre otros pueblos, lo secundario era la
evangelización de los infieles o convertir a los indígenas en hijos de Dios.. La riqueza garantizaba
el dominio y el dominio garantizaba el control. Lo que no está tan claro es que
el control asegurara la felicidad.
Hoy en día no
han cambiado mucho las cosas. Así nos encontramos que la evangelización se
llama a menudo democracia y esta coherencia que nos ha acompañado desde el Neolítico sigue
existiendo, aunque la inmensa mayoría todavía sigue creyendo que hay un cielo y
un infierno y que es mejor estar del lado de los buenos.
Desafortunadamente,
esta creencia, de nuevo, tampoco trae la felicidad. Me explico.
Siguen
existiendo dominados y dominadores, seguimos con el mismo modelo desde hace cientos
de años, solo que ahora el dominio se asienta en la nueva religión: la democracia. A veces veo a los políticos como los curas de antaño, arengando a los fieles desde
su púlpito, que ahora es la televisión, y buscando los votos de los feligreses para poder medrar a su antojo; a menudo, siguiendo los dictados de quien está más arriba que ellos en la pirámide social. Quien no sigue este modelo de pensamiento,
acaba en la hoguera.
Es paradójico
observar como en los EE.UU., solo sale elegido Presidente aquél que deciden las
élites de los partidos demócrata o republicano, pero los EE.UU. preconizan la
bandera de la democracia allá donde van. ¿Cómo podemos encontrar la coherencia
en este mensaje aparentemente inocuo a no
ser por el ansia de control y de dominio de unos pueblos sobre otros o de una oligarquía sobre el resto de la sociedad?
Así podemos
mirar las aparentes incoherencias del mundo actual buscando la coherencia
intrínseca. Por ejemplo, es chocante ver cómo se combate a las drogas en sus
plantaciones de origen - la coca en Colombia o el opio en Afganistán por poner
dos ejemplos claros - pero no se combate en los sitios de consumo. Sin embargo, se combate el uso de las armas en
los sitios de consumo (Siria, Irak, Afganistán, Somalia, Libia, Yemen...) pero
no se combate en donde se fabrican.
Puedo llegar a estar de acuerdo con que "la droga mata" pero no dudo que una pistola mata mucho más rápidamente.Es un poco hipócrita defender la venta libre de fusiles de asalto pero sin embargo no te puedes fumar un porro de cannabis. Es absurdo.
Miles de agricultores sufren en silencio la quema de sus cultivos de droga mientras unos cuantos fabricantes de armas viven a gusto con sus ganancias. Esto se podría ver como una incoherencia; sin embargo, es claro que lo que está detrás, de nuevo, es el dominio y el control sobre los recursos y las ganancias, no los valores ni las buenas palabras ni por supuesto la democracia.
Miles de agricultores sufren en silencio la quema de sus cultivos de droga mientras unos cuantos fabricantes de armas viven a gusto con sus ganancias. Esto se podría ver como una incoherencia; sin embargo, es claro que lo que está detrás, de nuevo, es el dominio y el control sobre los recursos y las ganancias, no los valores ni las buenas palabras ni por supuesto la democracia.
Esto es lo
que hay, es la realidad mostrada de forma descarnada, quien quiera creer
fantasías se está alejando de la coherencia y por supuesto de la felicidad.
La felicidad viene cuando eres coherente
contigo mismo, como dijo Virginia Satir, cuando estas alineado en lo que
piensas, lo que sientes y lo que deseas y esto solo es posible si miras de
frente a la realidad y buscas tus propias respuestas a tus propios problemas.
La coherencia comienza con tomar conciencia
de lo que pasa, no con creerte historias de buenos y malos. Una vez que tomas conciencia de ti,
descubres tus patrones de dominación que te impiden ser feliz, tus trampas que
al igual que en el mundo exterior, también están en tu mundo interior. Quizá no
puedas hacer nada por los anhelos de dominación de unos pueblos sobre otros
pero seguro que sí puedes hacerlo por tí y por tu coherencia interior.
Este es el Camino
de la felicidad, aunque también puedes atiborrarte de drogas, ideas prestadas,
psicología positiva o similar.
Seguro que algún mexicano diría que todo esto no son sino pendejadas., aunque como le escuché decir una vez a un amigo: más vale una pregunta pendeja que un pendejo que no pregunta.
Seguro que algún mexicano diría que todo esto no son sino pendejadas., aunque como le escuché decir una vez a un amigo: más vale una pregunta pendeja que un pendejo que no pregunta.
Muchas gracias Antonio, ojalá esta manera de vivir la vida la asumieran más personas, ¡hariamos un mundo mucho mejor!
ResponderEliminarGracias a tí Carmen. El cambio exterior no puede llegar sino por el cambio interior, esto es una obviedad para tí, para mí y para muchos otros. Quizá en un futuro no muy lejano se pueda alcanzar una masa crítica que tome conciencia de la realidad tal cuál es. Un abrazo.
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