Recuerdo en un trabajo de “experiential learning” con una empresa líder del sector inmobiliario antes de la crisis del 2008. La responsable de Recursos Humanos me dio un briefing de los aprendizajes que el colectivo necesitaba, entre otros temas, que promoviera ambiente de trabajo “win/win” (“ganar/ganar”), porque los directivos vivían en enormes reinos de taifas y eran reticentes a colaborar entre ellos.
Tras una dinámica grupal donde se puso en evidencia que sólo
colaborando se lograba el objetivo, el CEO intervino afirmando que él no creía
en el ganar/ganar. En su negocio, jugaba a tener enormes beneficios y nunca
pensaba que su oponente tuviera que ganar nada, jugaban al win/lose (ganar/perder),
al pelotazo, y ahí no tenía mucho sentido el win/win.
Para mí fue una lección que aún hoy me sigue aportando.
Cuando una de las partes de la negociación tiene mucho más poder que la otra,
no tiene sentido negociar, aunque a veces sea necesario para guardar las
formas.
Así, los Sindicatos negociando con el Estado es un buen
ejemplo. Los sindicalistas solo quieren dinero para ellos y sus familias, así
han de dar una imagen de defender los derechos de los trabajadores cuando lo
que hacen es defender los suyos propios. No hay nada que negociar.
Los médicos, son técnicos que han sido entrenados según las
directrices del Poder, y siguen los protocolos marcados por la OMS,
organización de empresas Farmacéuticas que tienen a la población como las
hormigas tienen a los pulgones. Pensar por un momento que un médico a sueldo
del Poder está al servicio de la ciudadanía y que su preocupación es una
sociedad libre de enfermedades y limpia de tóxicos es creer en gnomos (como el
chiste). No hay nada que negociar.
Los maestros y profesores. Han de seguir el esquema que les
marca el Poder, y se acaban convirtiendo en los que alinean a la población con
las directrices del poder. No hay nada que negociar.
Los políticos son otro ejemplo, pretenden servir al pueblo y
solo están al servicio de quien les paga, más arriba, para esquilmar al pueblo y
favorecer a sus amos. Ellos no negocian nada, obedecen.
Los partidos de la oposición critican el poder con cariño,
porque saben que el partido dominante puede usar todo el poder del Estado y de
los Medios para acabar con ellos; no hay nada que negociar, además, tienen tambien sus amos mas arriba a los que sirven con dedicación.
Y ocurre con el poder mundial, cualquier país es hoy víctima
de cualquier ladrón de guante blanco, que con los lobbies, Fundaciones, ONG´s y
más, utiliza el Banco Mundial, la OMS, el FMI o los Bancos Centrales, para controlar
países y robar impunemente los activos que le interesan.
Los grandes medios, sicarios de sus amos depredadores, se
aprestan rápidamente a vilipendiar y asesinar mediáticamente a quien señala el
poder. No hay nada que negociar.
Así, en el mundo va habiendo cada vez más diferencias en el
uso y abuso de poder. Unas pocas personas tienen mucho y el resto de la población,
ningún poder aparente. Negociar se ha vuelto una excentricidad del siglo XX
para los que no tienen Poder real.
Es evidente que la población se va enfrentando a una pérdida
de poder y también a una pérdida del poder adquisitivo, a favor de los
distintos funcionarios que sostenemos (alcaldes, diputaciones, parlamentos
regionales, empresas dependientes de los gobiernos, parlamentos nacionales,
asesores, militares, policías, sindicatos, Bancos, UE, la OMS, FMI, ONU…).
Por poner un ejemplo, los EE.UU. han sido insistentes en defender
la democracia en todo el mundo, especialmente en su patio trasero,
Hispanoamérica. Un dictador que no siguiera sus directrices era reemplazado por
una democracia, en donde siempre se podía comprar a los candidatos (o matarlos)
– como han hecho y siguen haciendo en una buena parte del mundo (Libia, Yemen, Somalia, Yugoslavia, Irak...). No hay nada que negociar.
Y por fin sale a la luz la guerra de Ucrania, 8 años después de que empezara en 2014, “Rusia invade Ucrania”, son los titulares. Five eyes es la unión de UK, EE.UU. Canadá, NZ y Australia, que es el Imperio de los espías, han dicho que no luchan contra Rusia, la OTAN tampoco interviene. Se queda sola Europa frente a Rusia; con la excusa, Alemania se va rearmando.
Y me pregunto, es evidente que esto es una cortina de humo para otra cosa, y de nuevo, no hay nada que negociar. Hay muchas cosas que están operando “por debajo de la alfombra” de
las que no sabemos nada.
La Cortina de Humo es una
estupenda película de 1997 de Barry Levinson con Robert de Niro y Dustin
Hoffman. El presidente de los EE.UU. tiene problemas y le inventan una guerra
en Albania para entretener a la población.
Salu2
ADD
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